El poder refrescante de la sandía se debe a que el 93% de su composición es agua y por eso se consume principalmente al natural, como fruta de postre. Pero si cortas la sandía en forma de quesitos, les introduces un palo de polo en mitad de la corteza y los guardas en el congelador, al cabo de tres horas conseguirás unos divertidos helados 100% naturales como los de la imagen superior; sin pizca de grasa, aditivos o edulcorantes. Te dejo con más imágenes para que te convenzas de que no puede resultar más fácil y sano:
Si prefieres algo más bebible o el entretenimiento de un granizado con pajita, sólo tienes que quitar las pepitas y triturar la pulpa de la sandía hasta licuarla. Puedes añadir zumo de limón o de naranja y si necesitas endulzar disuelves azúcar, miel, fructosa, stevia o sirope de ágave. Con unos hielos y un poco de menta o hierbabuena se convierte en un refrescante zumo. Con un par de horas en el congelador removiendo de vez en cuando y una pajita consigues un delicioso granizado. Mira qué fresquito con sólo ver este álbum:
Por último, puedes servir como postre un sorbete de sandía que lo único que necesita es más tiempo de frío y una bonita presentación. Los helados con base acuosa son mucho más saludables que los de base láctea y evitan las intolerancias alimentarias. La sandía por sí sola ya es apetecible y en las cuatro propuestas de esta entrada sólo se añade un congelador. Nada más. Espero acabar de convencerte con más imágenes de sorbetes:
¡Mmm,que pinta más rica tiene todo!
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