Estos simpáticos esqueletos, además de ser muy divertidos, son muy agradecidos porque se pueden elaborar con cualquier edad y permiten muchas variantes (gracias a las distintas proporciones, posturas y expresiones que pueden adoptar). Sólo se necesitan bastoncillos (Q-tips en inglés), cartulina negra o de color intenso para que destaquen, cola y algo blanco para la cabeza.
Pueden servir para una clase de ciencias en la que se estudien los huesos o para inventarse una historia como en este enlace, donde se relata cómo en un aula decidieron llamar Mr. Bones al esqueleto después de leer el divertido álbum ilustrado "Funny Bones", de Janet y Allan Ahlberg.
En España se tradujo como "¡Qué risa de huesos! y, aunque esté descatalogado, tengo la suerte de conservar un pequeño ejemplar del año 84 de la desaparecida colección Altea benjamín (una de las primeras en popularizar innovadores álbumes maravillosamente ilustrados, tanto extranjeros como nacionales). Mis hijos se deleitaban con las aventuras de esta familia de esqueletos que vivía en un oscuro, oscuro sótano; y es un acierto recrear un huesudo personaje usando bastoncillos por la similitud ósea. Te muestro una recopilación de imágenes para que compruebes que siempre quedan fenomenal:
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