Otra divertida, sabrosa y artística propuesta con sandía que no requiere mucha explicación. Basta con cortar rodajas lo suficientemente grandes como para poder dividir cada una de ellas en porciones individuales. De una misma sandía puedes obtener unas cuantas bases de pizza de distintos diámetros si consigues cortes precisos. En la imagen superior realmente se ha horneado la pizza y el resultado es muy apetecible, pero me parece más sencillo y entretenido jugar con la disposición de los ingredientes buscando la simetría radial y un colorido acabado sin necesidad de horno.
Si la combinación de sandía, queso feta y albahaca no funciona para algunos paladares, siempre se puede recurrir a la fruta. A las niñas y niños les encantará y puedes montar un taller de pizzas usando todo tipo de frutas. Las uvas y los arándanos parecerán aceitunas y una ralladura de coco o almendra espolvoreada se asemejará al queso. Conseguirás auténticos mandalas frutales que compartidos sabrán mejor:
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