Aquí en España, se asocia inevitablemente el verano a la temporada de melones y sandías. Es imposible no toparte con una buena cantidad en supermercados, mercadillos, puestos callejeros, cunetas de carreteras o furgonetas estruendosas. Para lo arraigado que está su consumo, se le saca poco partido a una fruta tan asequible, jugosa y fácil de moldear y tallar como la sandía. Siempre me han asombrado las filigranas de presentaciones que en China son tan comunes en algunas celebraciones. Son auténticas esculturas efímeras que aprovechan las diferentes texturas y colores de las tres capas: el verde del duro recubrimiento exterior, el blanco de la textura intermedia y el intenso rojo del interior carnoso (en otra entrada mostraré algunas imágenes).
Bueno, en realidad tanta laboriosidad me resultaría excesiva si la viera más a menudo. Prefiero ideas creativas más sencillas y accesibles para que cualquiera pueda llevarlas a cabo. La que te muestro en esta entrada me parece deliciosa: una preciosa tarta aprovechando sólo la parte central de la sandía para conseguir el máximo diámetro. En la primera imagen se ha recubierto de crema y se han añadido almendras laminadas, arándanos y fresas. En la segunda, se ha dividido en rodajas que se apilan formando una tarta de tres pisos adornada con frutas cortadas. Así de sencillo.
Esta propuesta me parece una formidable sustituta de las excesivas tartas de cumpleaños, sobre todo las de fiestas infantiles. Las niñas y niños tienen tal exceso de azucaradas celebraciones, que una bonita y saludable sorpresa como ésta seguro que les encanta, aunque sólo sea por su estética. Si participan en la elaboración, se involucrarán más y se divertirán mucho proponiendo formas e ingredientes. Aquí encontrarás más ideas para este fresquito taller de cocina veraniega:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
si quieres dejar un comentario: