Las primeras "cajas de abejas" se fabricaron fundamentalmente como observatorios naturalistas en jardines privados de la Inglaterra del siglo XIX y fueron las precursoras de los actuales "hoteles para insectos". Estos "hoteles", "cajas" o "asilos" fueron desarrollados en la década de los 90 ante la pérdida del hábitat natural de muchas especies por el empleo intensivo de pesticidas o la falta de restos vegetales y de madera.
Sé que esta idea puede extrañar a mucha gente, sobre todo a aquellas personas que por haber sufrido picaduras o daños personales dedican sus esfuerzos a combatir todo tipo de insectos. Pero existen abejorros, avispas y abejas solitarias (algunas de ellas en peligro de extinción) que no son agresivas porque no poseen una colmena que defender; son pacíficas a menos que su vida peligre y cumplen una función polinizadora muy importante. Otros ejemplos conocidos como arañas, mariquitas, libélulas, tijeretas o escarabajos ayudan al control biológico de plagas, ya que se alimentan de pulgones, cochinillas o moscas blancas entre otros. Hay también insectos xilófagos que intervienen en la descomposición de la madera muerta.
En estos hoteles se trata de imitar lo que normalmente se debería encontrar en la naturaleza y cada vez escasea más por el arsenal aséptico y contaminante que se comercializa para "tranquilidad" nuestra. Partiendo por lo general de una estructura compartimentada y estable de maderas o ladrillos (también se puede apoyar o colgar en una pared), se disponen elementos naturales como refugio invernal: ramas y tallos, troncos agujereados, paja, piñas, cortezas, hojarasca, cañas de bambú, piedras, musgo, tejas y macetas de barro, ladrillos con orificios, conchas, virutas, juncos, plantas secas, etc. Para que los insectos pasen largos períodos, es importante que la estructura esté orientada al sur, resguardada de los vientos del norte, protegida de las lluvias y algo elevada del suelo.
Pero también se pueden apilar palets directamente sobre el terreno e introducir en los huecos los distintos materiales (como en la imagen superior). La ventaja de esta opción más resuelta es que puede dar cobijo a otros animales que se mueven a ras del suelo y que son también muy beneficiosos como ranas, tritones o erizos. Es conveniente que se dispongan plantas y flores también aliadas, como caléndulas, tagetes, margaritas o romero.
En 2010 coincidió la celebración del "Año Internacional de la Biodiversidad" con el "London Festival Architecture", y el Ayuntamiento de Londres y la empresa British Land convocaron el concurso "Beyond the Hive" ("más allá de la colmena"). Esta fue la primera e inusitada convocatoria oficial para la creación de hoteles para insectos en parques públicos. El proyecto ganador fue diseñado por la firma de arquitectos Arup Associates y estaba basado en el diagrama Voronoi, presente en la naturaleza tanto en la nervadura de las alas de las libélulas como en la estructura de ciertos panales. En las imágenes superior e inferiores puedes apreciar el diseño previo y el resultado final.
Gracias a iniciativas similares, estos hoteles para insectos han comenzado a verse cada vez más en parques, jardines y escuelas como un elemento educativo con un gran objetivo pedagógico: ilustrar al público interesado en la biología de los insectos y los sistemas de protección de la naturaleza. En las imágenes inferiores aparece un hotel en el St. Poelten Landmuseum de Austria y tres pequeños investigadores en un parque de Holanda.
Al margen de la importancia de la biodiversidad, lo cierto es que estos hoteles constituyen un reto creativo muy interesante, con múltiples soluciones y acabados. No presentan gran dificultad y tanto su construcción como su disfrute prometen diversión. En el siguiente álbum te muestro todo un universo de ubicaciones, formas, tamaños y texturas para que vayas diseñando el tuyo propio (no hace falta que sea en un espacio privado).
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