Aprovechar un espacio exterior montando un "muro musical" brinda una fabulosa oportunidad a quien lo use para estimular la capacidad auditiva, sensorial y psicomotora. Es necesario reunir todo tipo de objetos viejos que generen distintos sonidos: cacerolas, sartenes, escurridores, moldes, bandejas, tubos metálicos, latas de varios tamaños, tapaderas, macetas de barro, restos de ferretería, botellas, envases... No hace falta un soporte especial, se pueden colgar de una valla, un tronco, una cuerda, una rama, un columpio, un poste, una tabla, un letrero, un alambre... Sea grande o pequeño, lo importante es que ofrezca una auténtica orquesta de sonidos variados para poder experimentar tanto individualmente como en grupo. Aquí aparecen más ideas:
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