Las piscinas naturales, piscinas naturalizadas, piscinas ecológicas o biopiscinas son piscinas de agua artificiales destinadas a baño que carecen de tratamiento químico de desinfección, ya que reproducen las condiciones naturales de depuración de los lagos. Necesitan más espacio porque hay que añadir a la zona de baño otra zona para la regeneración del agua (entre el 20% y el 50% del total). Las plantas acuáticas seleccionadas (juncos, nenúfares, jacintos y lentejas de agua, carrizos, espadañas...) aceleran el crecimiento de microorganismos beneficiosos que oxigenan y regeneran el agua, descomponiendo los restos orgánicos y convirtiéndolos en nutrientes para su desarrollo, al mismo tiempo que la grava, arena o piedra volcánica (en distintas granulometrías) actúa como filtro natural. Todo este proceso biológico se completa con un circuito de bombeo que comunica la zona poco profunda de filtración con la de baño (que ha de alcanzar una profundidad de unos 2 metros). Depuración respetuosa y saludable frente a desinfección agresiva y tóxica. Sin privar al agua de su capacidad más importante y valorada: dar vida.
Las primeras piscinas naturales se crearon en Austria y Alemania y desde allí se extendieron lenta pero continuadamente primero al resto de Europa y más tarde a Estados Unidos y Australia. En 1952 Gottfriend Kern, tras experimentar con la fitodepuración de aguas urbanas, construyó en Graz (Alemania) un lago de unos 190 m2 con 35 m2 adaptados para el baño y su trabajo inspiró el desarrollo de posteriores proyectos. Pero fue en 1984 cuando Paul Schwedtke construyó en Austria su famosa "biopiscina" (Schwimmteich o "estanque para nadar") para sustituir su antiguo sistema de cloro, ya que los productos químicos le irritaban los ojos y la piel. A partir de ahí se comenzó a crear un nuevo mercado y la demanda que posibilitó su desarrollo. En 2008, Alemania llegó al centenar de piscinas naturales de uso público.
Si ya cuentas con una piscina convencional y prefieres disfrutar de un chapuzón sin cloro ni productos químicos, las mismas empresas que diseñan las piscinas naturales también se encargan de "naturalizar" las ya existentes. Las ventajas son obvias: disfrutarás de un baño saludable sin desinfectantes tóxicos que repercutan negativamente en la salud de tu piel, ojos y sistema respiratorio (y especialmente dañinos en niños, ancianos y personas sensibles a productos clorados), su diseño se integrará en el paisaje por su gran variedad de formas (se creará un relajante entorno que se mantendrá vivo todo el año y se adaptará a los cambios estacionales), gastarás menos agua al no necesitar vaciarse cada año y ahorrarás en mantenimiento al evitar la compra de productos químicos. Eso sí, sólo las personas privilegiadas que posean suficiente terreno y dinero para llevar a cabo un proyecto así podrán disfrutar del placer de un baño privado como si estuvieran en un estanque o un lago. Mientras tanto, comparto contigo los baños públicos y las imágenes del siguiente álbum:
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