A veces, parece que los pantalones se han puesto de acuerdo para romperse uno tras otro siempre en la zona de las rodillas más intrépidas. En estas fotos te enseño una solución sencilla y divertida para reparar el destrozo: convertirlo en un monstruo hambriento.
Podemos incluso agrandar el agujero para que el monstruo tenga una boca todavía más terrorífica. Sólo necesitamos un trozo de fieltro blanco para los dientes (y si nos gusta, también los ojos) y un retal de color para la boca. Normalmente el retal se cose por la parte interior del vaquero de forma que no se note el hilo, pero si prefieres un cosido resuelto y original, en la siguiente foto tienes un ejemplo:
Aunque no hayas usado una aguja en tu vida, algunos remiendos de este álbum te pueden convencer de que el resultado, aunque sea una chapucilla, siempre queda muy gracioso:
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