Michelle de la Vega es una artista multidisciplinar, diseñadora y trabajadora del metal que reside cerca de Seattle. Tras divorciarse, adquirió una casa con garaje por 208.000 dólares y, como necesitaba ingresos extra para pagar la hipoteca, decidió alquilar la casa y transformar el anodino garaje de la imagen inferior en su vivienda.
Ella misma realizó el diseño, se convirtió en su propia contratista, buscó materiales, recuperó elementos estructurales inservibles, transformó mobiliario de desecho, aprendió soldadura, creó piezas muy personales y trabajó como un obrero más durante 9 meses. De esta forma consiguió superar sus problemas y gastar sólo 32.000 euros en la obra.
Aumentando un poco la altura pudo incorporar un altillo-dormitorio iluminado por 3 pequeñas ventanas y, añadiendo una pequeña superficie extra, consiguió un espacioso baño. La dimensión total es de 23,2 m2.
La vivienda posee un aire industrial, Michelle se enamoró del metal en el proceso de reforma y, además de sus propias aportaciones, buscó piezas de ese material, como las taquillas-armarios de United Airlines o la escalerilla de un antiguo barco. La estufa de leña era del anterior propietario y, una vez limpia, se convirtió en el elemento central del interior.
Pasados unos años, Michelle volvió a tener pareja y decidieron vivir en la casa principal. El antiguo garaje se convirtió entonces en su "santuario privado", un lugar reservado sólo para ella. Para poder visitar este espacio tan creativo y personal, sólo tienes que mirar el siguiente álbum:
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