Keri Smith es una artista canadiense autora de varios libros que suponen todo un desafío personal, artístico y creativo, con un enfoque transgresor dentro del mundo editorial. El más conocido de todos es "Destroza este diario" ("Wreck This Journal" en inglés), una divertida guía que propone ir más allá de la mera lectura u ofrecer una recopilación de "fichas" para colorear, reproducir, completar o rellenar con pegatinas (esas que, aparentemente, siempre calman y agradan a clases enteras de infantil, primaria y hasta de secundaria).
Las atrevidas sugerencias del libro ayudan a recuperar esa infancia que tantas veces te robaron obligándote a ordenar de más, a evitar en exceso las manchas, a colorear sin salirte de las líneas, a no arriesgar, a imitar un canon estético común que anula la expresión individual y diferenciadora, a obedecer normas absurdas, a controlar tus impulsos creativos, o a escoger lo conocido, seguro y comercial frente a lo experimental.
Sin habérselo propuesto, el libro se ha convertido en un auténtico bálsamo para la pérdida de la libertad y la imaginación. La terapia consiste en volver a jugar, en recuperar la capacidad de crear mundos y en atreverse a realizar actos subversivos como agujerear, rascar, ensuciar, hacer volar, arrancar, tirar, arañar o quemar páginas; arrastrar, golpear, morder, manchar, empapar, chupar o colgar el diario, usarlo como zapato o como tambor, dormir con él, pegarle pelo, pelusas, cosas pegajosas, bichos muertos... Como dice Keri Smith en su diario (emulando a Picasso): "La creación es destrucción".
No puedo evitar acordarme de "La Bola de Cristal", el transgresor programa infantil de los años 80 ideado y dirigido por Lolo Rico, y presentado por artistas del rock y del punk de "La Movida". Algunas de las míticas frases del programa (ahora de culto) eran: "Tienes quince segundos para imaginar; si no se te ha ocurrido nada a lo mejor deberías ver menos la televisión", "Si no quieres ser como ellos, lee", o mi preferida entre todas las de los electroduendes, "Vamos a desaprender para desenseñar cómo se deshacen las cosas".
Es una delicia comprobar cómo en estos tiempos tan virtuales se mima también la autoexpresión manual. Frente al gran valor que socialmente se otorga al producto final, este libro defiende el proceso de exploración y reivindica la imperfección huyendo de la autocrítica. Es un libro para todas las edades y cuenta con miles de fans que, tras una liberación artística, quieren compartir sus diarios en la red. Te mostraré en sucesivas entradas las imágenes que he podido reunir de las propuestas que me han parecido más interesantes. Empezaré con los distintos diseños de cubiertas y presentación del libro, de la página de instrucciones, y de las decoraciones de los bordes de las páginas:
Nati, eres pura creatividad. ¡Cómo me gusta tu diario inspirado en La Bola de Cristal!
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