Con un plato negro, alas, orejas y dientes de cartulina recortada y un par de ojos móviles, consigues un murciélago tan chulo como el de la imagen superior. Pero también puedes usar un par de platos normales pintados de negro; uno de ellos lo recortas para convertirlo en dos alas y añades orejas, patas, ojos y una boca sonriente para que quede igual de simpático que el de la imagen inferior.
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