Aunque parezca muy elaborado, este logrado cementerio se consigue recortando con tijeras de cocina una tortilla mexicana de las que hoy en día se encuentran fácilmente en bolsas de varias unidades. Empiezas por el árbol para aprovechar el máximo diámetro (puedes usar un patrón si no te atreves directamente), y el sobrante servirá para las lápidas (no hace falta que sean iguales, la irregularidad quedará incluso mejor). Una vez horneadas las piezas unos diez minutos, se pueden colocar sobre un lecho de guacamole, lechuga y/o brécol. Es muy sencillo, pero si necesitas ayuda visual encontrarás un tutorial en este enlace.
Las tumbas también pueden ser sandwiches cortados como los que aparecen en la imagen superior (sin las inscripciones funciona igualmente). Y la versión más dulce pide chocolate negro fundido acompañado de galletas:
En el álbum encontrarás más propuestas lapidarias para celebrar Halloween y "morirte" del empacho:
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