Una vez pasada la vorágine navideña y la novedad de esos regalos infantiles tan reclamados y esperados, es una delicia descubrir que los envases que los contenían se convierten a veces en juguetes mucho más sugerentes que los comprados. Es la sana pervivencia de la imaginación como motor de juego.
Podemos comprobar que una sencilla caja de cartón es un material lúdico y "abierto" que impulsa a explorar, a inventar, a decidir, a crear, a experimentar, a concentrarse, a abstraerse, a investigar, a perfeccionar. En fin, una maravillosa herramienta de aprendizaje que no hace falta comprar en ninguna tienda.
Empezaré a mostrarte ejemplos de posibilidades con cajas de cartón para que mantengas vivo el espíritu del juego, porque la necesidad de jugar no se debe perder y deberíamos incorporarla a nuestra vida, a nuestro trabajo, a nuestras relaciones.
Y como ejemplo, un bonito vídeo del ilustrador y cineasta Temujin Doran filmado con mucho cariño en Bergen, Noruega: "The Adventures of a Cardboard Box":
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