Esta propuesta es todo un acierto como taller y como juego, cualquiera puede improvisar un circuito para canicas o pelotas pequeñas. En solitario es muy fácil y divertido, pero en compañía todavía más. Sólo necesitas unos cuantos tubos de cartón (se pueden usar también los del papel de cocina), cinta adhesiva o imanes y un diseño un poco intrincado para que el recorrido sea más emocionante. Se puede montar sobre una pared, un cartón, una puerta, una nevera, una barandilla, un cristal, una escalera... El grado de dificultad puede adaptarse a la edad y la destreza de quien participe. En el siguiente álbum te muestro unas cuantas variantes para que elijas cuál te convence más:
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